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Diferentes pensamientos, diferentes cerebros

Publicado por María Ruiz de Castañeda el 26 de agosto de 2016
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¿Quién no ha pensado nunca, por qué mi pareja, mi compañero, mi marido, no me entiende, no se pone en mi lugar o no me escucha? Todas esas cuestiones tienen, afortunadamente para nosotras, una explicación científica. Somos distintos, ¡el cerebro masculino es diferente al nuestro!

Según Louann Brizendine en su libro “El cerebro femenino”, la mujer posee un aparato sintonizado para leer rostros, percibir tonos emocionales en las voces y responder a indicios tácitos en los demás. Una maquina así, está construida para relacionarse con los demás. Ese es el principal quehacer del cerebro femenino y es lo que le impulsa a hacer a una mujer desde el nacimiento.

El hecho de carecer de testosterona y estar regidas por el estrógeno, hace que tendamos a relacionarnos de una manera armoniosa, todo lo contrario que los chicos. Las aptitudes sociales, verbales y la capacidad para relacionarse de las niñas se desarrollan antes que las de los niños. Las mujeres pasamos por varias etapas en la vida, de tal manera que nuestros diferentes cambios hormonales afectan a los muchos circuitos que posee nuestro cerebro. El crecimiento de estrógeno y progesterona durante la adolescencia hacen que esos circuitos específicamente femeninos del cerebro, se hagan más sensibles a los matices emocionales, tales como la aprobación y desaprobación, la aceptación y el rechazo.

Los circuitos de relación social y verbal son por naturaleza más vigorosos en el cerebro típico femenino que en el masculino. Las mujeres estamos impulsadas por el anhelo de relacionarnos con otras mujeres y con otros hombres. El aflujo de dopamina y oxitocina, que las hace hablar y comunicarse, las mantiene motivadas por buscar lazos íntimos. La mayoría de los chicos no comparte ese deseo intenso de comunicación verbal y por eso los intentos de intimidad verbal con otros varones, puede ser hasta cierto punto, decepcionante.

Se podría afirmar que la comunicación es tan importante para la mujer, como es el sexo para el hombre.

A lo largo de las etapas evolutivas de ambos sexos, observamos como van orientados hacia diferentes caminos. Tenemos una manera distinta de ver, y vivir la vida.

Hay quien desea que no existan diferencias entre hombres y mujeres. Sin embargo, la realidad biológica señala que no existe un cerebro unisex.

Está arraigado el temor a la discriminación basada en la diferencia. Durante muchos años, quedaron sin examinar científicamente las nociones acerca de las diferencias de los sexos, por miedo a que las mujeres no pudieran reclamar la igualdad con los hombres.

La pretensión de que mujeres y hombres son lo mismo, es algo que desde mi punto de vista perjudica a ambos.

“Siendo capaces de comprender nuestra biología innata, nos será más fácil planificar mejor nuestro futuro, pudiendo así, introducir cambios en nuestras relaciones personales y de pareja con el sexo opuesto”.